En el octavo aniversario de su siembra
Por Giorgio Trucchi | LINyM
Este 2 de marzo se cumplen ocho años del vil asesinato de Berta Cáceres, lideresa indígena, luchadora social, defensora y mucho más.
Hoy conmemoramos su lucha, su vida, su compromiso, su capacidad de articulación, su espíritu inclaudicable, su siembra, su vuelta al mundo hecha millones, su presencia en miles de lucha de los pueblos del mundo.
Ocho años sin justicia completa. Ocho años de "justicia para Berta". Ocho años sin olvidar.
No olvidar a Berta significa no olvidar que, cada año, cientos de defensores y defensoras de la tierra, los territorios y los bienes comunes son asesinados en el mundo; que otros miles sufren hostigamiento, persecución, estigmatización, amenazas, criminalización, encarcelamiento.
No olvidar a Berta significa no olvidar que América Latina sigue encabezando la lista de continentes donde ser defensoras y defensores del medio ambiente es la actividad más peligrosa; donde Brasil, Colombia, Filipinas, México y Honduras son los países donde más los asesinan.
No olvidar a Berta significa recordar que la mayoría de defensoras y defensores perseguidos y asesinados son personas indígenas, son campesinos y campesinas.
No olvidar a Berta significa no olvidar que la lucha por la tierra, los territorios y los bienes comunes es una lucha que va más allá del "ser ambientalista", sino que es una lucha contra un modelo neoliberal extractivista, depredador y asesino; que es una lucha antiracista y anrtipatriarcal, que es una lucha emancipadora de los pueblos.
Recordar a Berta, no olvidarla, exigiendo verdad y justicia integral para ella, significa no olvidar que la inmensa mayoría de asesinatos de defensoras y defensores queda en la más absoluta impunidad.
Alcanzar verdad y justicia para Berta significa romper dicha impunidad, persiguiendo y condenando a todos los integrantes de la cadena criminal que planificó, organizó, financió y ejecutó el asesinato.
Alcanzar verdad y justicia para Berta significa también sentar en el banquillo de los acusados a todos los actores políticos y económicos, nacionales e internacionales, que participaron, directa o indirectamente, en su asesinato, en los actos de corrupción relacionados con el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca y con su financiamiento.
Lograr justicia para Berta significa romper el velo de silencio e impunidad que cubre cientos de casos de asesinato de defensores y defensoras en Honduras.
No olvidar a Berta no significa sólo recordarnos de ella, sino actuar y apoyar todas las luchas que los pueblos indígenas, comunidades campesinas, movimientos y organizaciones sociales y populares de la Abya Yala y el mundo siguen librando en defensa de sus tierras, territorios y bienes comunes.
Este 2 de marzo, a 8 años de la siembra en tierra de nuestra compita y amiga, de la luchadora incansable, de la combatiente, volvamos nuestra mirada a su familia, a sus hijas Bertita y Laura, a su hijo Salvador, a su mamá Austraberta, al Copinh, al pueblo Lenca, con el compromiso de no olvidar, de no desmayar, de seguir exigiendo otro mundo posible, verdad y justicia.
Berta Vive, la Lucha Sigue.