Por Giorgio Trucchi | LINyM
Mayor seguridad para la población, lucha contra la
corrupción y combate al crimen organizado, que en los últimos doce años se ha
enquistado en las estructuras del Estado, fueron temas torales de la campaña que
llevó a Xiomara Castro a convertirse en la primera presidenta de Honduras,
despertando fuertes expectativas en las y los hondureños.
Después de presentar, la semana pasada, la segunda etapa del Plan Nacional de
Seguridad "Solución contra el crimen", que incluye nueve medidas
a aplicar durante los próximos seis meses, entre otras, la prórroga, hasta
finales de mayo, del estado de excepción en 123 municipios, la administración
Castro anunció la intervención de los principales centros penales del país,
escenarios en estos últimos días de revueltas y motines sincronizados y muy
poco espontáneos.
"Doce años de saqueo y colusión con el narcotráfico, maras y pandillas y
crimen organizado, público y privado, no se arreglan en 12 meses”, explicó la
mandataria a través de su cuenta en Twitter.
“Voy a poner mano dura y orden en las cárceles, hasta transformarlas en centros
penales de rehabilitación, no en escuelas de crimen y tortura como los que he
heredado", agregó.