Cofadeh renueva su compromiso con la exigencia de verdad, justicia y reparación
Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Este
30 de agosto, Honduras conmemora el Día Nacional del Detenido
Desaparecido. Cofadeh, que dentro de tres meses celebra 40 años de vida,
llevará a cabo diferentes actividades a las cuales ha sido invitada la
Rel UITA, en el marco del convenio de intercambio y colaboración firmado
entre las dos organizaciones hace ya varios años.
En Honduras se estima que, en la década de los ochenta, en el marco de la implementación de la doctrina de Seguridad Nacional, al menos 184 dirigentes populares desaparecieron y otros cientos fueron asesinados a manos de militares y policías.
“Este año hemos decidido conmemorar esta fecha tan significativa reuniéndonos con familiares de las víctimas, tanto de Honduras como de otras nacionalidades que fueron desaparecidas en nuestro país”, dijo a La Rel, Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
En Honduras se estima que, en la década de los ochenta, en el marco de la implementación de la doctrina de Seguridad Nacional, al menos 184 dirigentes populares desaparecieron y otros cientos fueron asesinados a manos de militares y policías.
“Este año hemos decidido conmemorar esta fecha tan significativa reuniéndonos con familiares de las víctimas, tanto de Honduras como de otras nacionalidades que fueron desaparecidas en nuestro país”, dijo a La Rel, Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
Mirá aquí el video "Tengo la confianza que se hará justicia"
En esta ocasión, Cofadeh acompañará a los
familiares de Eduardo Aníbal Blanco Araya, ciudadano costarricense
desaparecido en Honduras el 14 de noviembre de 1981, para que
interpongan formal denuncia ante el Ministerio Público.
Blanco Araya, militante político y miembro del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), tenía aproximadamente un año de vivir en Honduras con su esposa, Gabriela Jiménez, y su pequeño hijo.
Fue desaparecido durante el trayecto para llegar a la frontera con Nicaragua y nunca se supo más de él. Tras el violento allanamiento de su casa, su esposa y el hijo de ambos abandonaron el país.
Blanco Araya, militante político y miembro del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), tenía aproximadamente un año de vivir en Honduras con su esposa, Gabriela Jiménez, y su pequeño hijo.
Fue desaparecido durante el trayecto para llegar a la frontera con Nicaragua y nunca se supo más de él. Tras el violento allanamiento de su casa, su esposa y el hijo de ambos abandonaron el país.
Años
más tarde, los familiares de Blanco Araya demandaron en Costa Rica al
entonces jefe de las fuerzas armadas hondureñas, general Gustavo Álvarez
Martínez, sin embargo, la demanda no prosperó.
Exigiendo verdad y justicia
Casi 41 años después, Gabriela Jiménez, acompañada por Cofadeh y el embajador costarricense acreditado en el país, vuelve a Honduras para demandar formalmente verdad y justicia para su marido.
“Vamos a reunirnos con la Oacnudh[1] y luego iremos al Ministerio Público. Impulsaremos las acciones que sean necesarias para lograr justicia para Eduardo Aníbal y todas las demás víctimas”, explicó Oliva.
“Reafirmamos la importancia de la memoria para los familiares de las víctimas, de sentirse acompañados, no sólo en su dolor y para superar la soledad, sino también en la búsqueda de verdad, justicia y reparación”, agregó.
La histórica defensora de derechos humanos recordó que la mejor manera de que las víctimas no desaparezcan una segunda vez es seguir luchando por ellas.
“Hablar de desaparición forzada es hablar de la vida. Ellos no han sido derrotados, no los han vencido, sino todo lo contrario. Son las y los vencedores, y nosotras somos las seguidoras de su pensamiento, de su lucha, de esta batalla”.
Tras poner formal denuncia, Gabriela Jiménez visitará los lugares donde hace más de 40 años compartió su vida con Eduardo Aníbal.
“Los perpetradores de graves violaciones de derechos humanos secuestraron, asesinaron, desaparecieron a cientos de personas, con el objetivo de exterminar la oposición política e ideológica en el país.
Ahora –concluyó Oliva– estamos en un momento histórico y político diferente, y debemos aprovecharlo para volver a exigir respuestas del Estado”.
Notas
[1] Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras
Fuente: Rel UITA