Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Panamá se enfrenta a una crisis que hunde sus raíces en un modelo coludido con la corrupción pública y privada, que concentra la riqueza en pocas manos, privatiza y permite la desregulación total del mercado del trabajo y las relaciones laborales. Una crisis que se ha agudizado durante los dos años de emergencia sanitaria y la actual guerra en Ucrania.
“Nos enfrentamos a una crisis que, si bien es cierto tiene que ver también con la pandemia y la guerra, está siendo aprovechada para especular y enriquecerse más a costa de la inmensa mayoría de las familias.
El alto costo de la vida en Panamá se ha vuelto insostenible”, dijo a La Rel, Rafael Salazar, secretario general del Sindicato Industrial de Trabajadores de la Harina y Afines (SITHA).
De acuerdo con la más reciente Encuesta de Mercado Laboral realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec), el desempleo en el país canalero ya superó el 11 por ciento, con más de 200 mil trabajadores y trabajadoras sin empleo.
Además, se calcula que son más de 87 mil las personas despedidas durante la pandemia que no han podido regresar a sus puestos de trabajo. En muchos casos se ha tratado de despidos disfrazados de “mutuos acuerdos”.
La tasa de informalidad se sitúa en casi el 50 por ciento de la población económicamente activa. El 77 por ciento de los contratos laborales que se están tramitando es temporal y no hay indicio de que esta tendencia pueda revertirse en el corto plazo.
Más protestas
Los paros y protestas que han sacudido la provincia de Colón son un reflejo de la grave situación de desigualdad que vive el pueblo panameño.
Contrarrestar las políticas neoliberales impulsadas por una clase política elitista y corrupta, coludida con la oligarquía panameña, protestar contra el alto costo de la vida y solidarizarse con el pueblo de Colón han sido los elementos que han marcado las movilizaciones convocadas por la Federación Unitaria de la Clase Trabajadora (Fuclat) y apoyada por varios sectores de la sociedad panameña.
“Esta crisis ha hecho que el movimiento social y sindical comience a articularse. Esto es importante, porque el objetivo siempre debe ser defender los derechos de las y los trabajadores y la sociedad en su conjunto”, manifestó Salazar.
“La única manera de que se nos escuche es a través de la movilización. Cada quien, desde su trinchera, aportando para un fin común, que es solventar esta crisis y promover un cambio de modelo”, concluyó.
Fuente: Rel UITA