Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
El 29 de enero de 1983, Herminio Deras García, educador, asesor sindical, dirigente del Partido Comunista hondureño, fue ejecutado por miembros del tenebroso Batallón 3-16. En los años siguientes, su familia sufrió persecución, detención ilegal, tortura, violencia y exilio.
El 10 y 11 de mayo próximo, casi 40 años después, el Estado de Honduras deberá responder ante la justicia internacional. La Rel UITA acompañará a Cofadeh en este importante ejercicio de recuperación de memoria y exigencia de justicia.
“Herminio y su familia fueron objetivos militares en el marco de la implementación de la doctrina de seguridad nacional. Herminio siempre estuvo al lado de la clase obrera, comprometido con la lucha social. Por eso lo asesinaron”, dijo a La Rel, Bertha Oliva, coordinadora de Cofadeh.
“Siempre fue coherente con sus ideales y acompañó los procesos libertarios de las diferentes expresiones sociales y sindicales del país. Eso nunca se lo perdonaron, ni a él, ni a su familia”, agregó.
Impunidad institucionalizada
Ningún miembro de la cadena de mando fue acusado. Los mandantes quedaron en la impunidad. El Estado de Honduras siempre negó su vinculación con el caso, así como su responsabilidad.
En 2002, familiares de Herminio Deras presentaron una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En 2020, dicha instancia internacional decidió presentar el caso ante la Corte IDH.
El Estado de Honduras debe ahora responder tanto por el asesinato del activista, como por los daños directos provocados a su familia.
Verdad, justicia y memoria
“Este caso es sumamente importante en la búsqueda de justicia. Por eso estamos haciendo partícipe a espacios con los cuales nos unen ideales y objetivos, como es el caso de la Rel UITA”, explicó la defensora de derechos humanos.
“La cadena de poder fáctica que controla y maneja el sistema de justicia en Honduras nunca permitió que se escucharan a las víctimas, ni que se investigaran y castigaran a los victimarios. Por eso es importante que esta historia se divulgue a nivel mundial”, añadió.
Para Bertha Oliva es imprescindible que al Estado de Honduras se le deriven responsabilidades.
“Ha permitido que todo esto pasara, ha ocultado la verdad, ha negado durante décadas su participación en crímenes de lesa humanidad.
Desmontar este sistema criminal, impulsar la memoria para el ‘nunca más’ significa también ‘persistir’. Esto es lo que hemos hecho con el caso de Herminio y lo que venimos haciendo desde hace 40 años”, alegó.
Según Cofadeh, al menos 184 dirigentes populares desaparecieron y otros cientos fueron asesinados en la década de los 80 a manos del Ejército y la Policía, por participar en movimientos revolucionarios.
“Nuestro rol va más allá de las lágrimas por lo que hemos sufrido. Nos toca construir lazos de solidaridad, difundir la memoria, exigir justicia, reivindicar el nombre de Herminio y de tantos que han caído o que están desaparecidos”, concluyó Oliva.
Fuente: Rel UITA