Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Después de haber sufrido por más de una década (post golpe) los sangrientos embates de un conflicto agrario que ha dejado un saldo de decenas de campesinos asesinados, las familias rurales del Bajo Aguán, hoy organizadas en cooperativas agropecuarias y empresas asociativas, siguen defendiendo
las tierras recuperadas.
El 24 de diciembre del año pasado, la Plataforma Agraria Regional de Valle del Aguán y la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA) denunciaron el desalojo violento de la cooperativa Camarones, a manos de hombres armados pertenecientes al grupo criminal “Los Cachos”.
Según las dos organizaciones, dicho grupo irregular tendría vínculos directos con Corporación Dinant, empresa líder en el cultivo y procesamiento de aceite de palma y propiedad de la tristemente famosa familia Facussé.
Ante las agresiones armadas, la Plataforma Agraria y COPA demandaron el apoyo inmediato de las autoridades para salvaguardar la vida de las familias campesinas, así como acciones contundentes del gobierno para garantizar “el respeto de la posesión, el uso y goce de las tierras de Reforma Agraria”
La cooperativa Camarones es firmante de los acuerdos con el actual gobierno[1].