Transnacional frutera promueve conmemoración del Primero de Mayo, pero traslada feriado laboral
Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Es una extraña forma la de la transnacional frutera Fyffes/Sumitomo (Sol Group Marketing) de conmemorar el Primero de Mayo en Honduras. Sus (pseudo) sindicatos llaman a los trabajadores a “mandar un mensaje de unidad” movilizándose, pero los obliga a volver inmediatamente a sus labores, trasladando el día feriado a finales del mes.
El pasado 29 de marzo, el Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS) se movilizó en la sureña ciudad de Choluteca.
Una vez más, cientos de trabajadores y trabajadoras de las plantaciones de melones de Fyffes/Sumitomo denunciaron abusos, persecución sindical, irrespeto de los derechos laborales, de las leyes nacionales y los convenios internacionales ratificados por Honduras.
Le reclamaron también la decisión de no firmar un acuerdo vinculante ya consensuado con el STAS, donde se comprometía a crear una nueva empresa, contratar al personal víctima de proscripción laboral y a reconocer a la seccional sindical y su derecho a representar a trabajadores y trabajadoras.
La movilización exigió un ¡basta ya! al acoso, la persecución y exclusión sistemática por pertenecer a un sindicato independiente.
La respuesta de Fyffes sigue un entramado de sobra conocido: negación de todas las acusaciones y uso de sindicatos, creados con la complicidad irresponsable de las antiguas autoridades del trabajo, para hacerle de contrapeso al STAS y presionar a las y los trabajadores.
Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
Es una extraña forma la de la transnacional frutera Fyffes/Sumitomo (Sol Group Marketing) de conmemorar el Primero de Mayo en Honduras. Sus (pseudo) sindicatos llaman a los trabajadores a “mandar un mensaje de unidad” movilizándose, pero los obliga a volver inmediatamente a sus labores, trasladando el día feriado a finales del mes.
El pasado 29 de marzo, el Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS) se movilizó en la sureña ciudad de Choluteca.
Una vez más, cientos de trabajadores y trabajadoras de las plantaciones de melones de Fyffes/Sumitomo denunciaron abusos, persecución sindical, irrespeto de los derechos laborales, de las leyes nacionales y los convenios internacionales ratificados por Honduras.
Le reclamaron también la decisión de no firmar un acuerdo vinculante ya consensuado con el STAS, donde se comprometía a crear una nueva empresa, contratar al personal víctima de proscripción laboral y a reconocer a la seccional sindical y su derecho a representar a trabajadores y trabajadoras.
La movilización exigió un ¡basta ya! al acoso, la persecución y exclusión sistemática por pertenecer a un sindicato independiente.
La respuesta de Fyffes sigue un entramado de sobra conocido: negación de todas las acusaciones y uso de sindicatos, creados con la complicidad irresponsable de las antiguas autoridades del trabajo, para hacerle de contrapeso al STAS y presionar a las y los trabajadores.
Ejemplo de ello es el absurdo y hasta vergonzoso comunicado del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Sur Agrícola de Honduras (Sitrasuragroh) para este Primero de mayo.
Las camisas blancas, nostálgias del golpe
En esta ocasión se están convocando a los trabajadores a marchar en conmemoración de esta fecha, “usando camisas blancas” y volviendo luego “a nuestras labores normales”.
La idea retorcida de Fyffes es que el día feriado sea trasladado para el 22 de mayo y que los trabajadores manden “un mensaje de unidad”, poniéndose camisas, cuyo color en Honduras se identifica con las movilizaciones de los sectores ultraconservadores que, en 2009, defendieron el golpe y la ruptura del orden constitucional.
Testimonio de ello son las pancartas que Sitrasuragroh y Sitramelexsa pusieron en manos de su personal administrativo, cuadros intermedios y obreras que tienen temor a no ser recontratadas la próxima temporada de melones.
“Sacamos a la dictadura, pero el pueblo está comiendo basura”, “Reducir el impuesto sobre venta fue paja de la presidenta”, “El aumento a luz y gasolina al pueblo asesina”, rezaban las pancartas.
El Primero de Mayo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los mártires de Chicago, que ofrendaron sus vidas por alcanzar mejores condiciones laborales, un trato y salarios dignos.
Abusar de esta fecha para aparentar normalidad, ocultar las condiciones en que trabajan miles de obreros y obreras agrícolas, negándoles además el derecho de libre sindicalización y negociación colectiva, no es sólo una forma de negación de la memoria histórica de millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo, sino también una aberración que hay que condenar sin ningún titubeo.
Fuente: Rel UITA
En esta ocasión se están convocando a los trabajadores a marchar en conmemoración de esta fecha, “usando camisas blancas” y volviendo luego “a nuestras labores normales”.
La idea retorcida de Fyffes es que el día feriado sea trasladado para el 22 de mayo y que los trabajadores manden “un mensaje de unidad”, poniéndose camisas, cuyo color en Honduras se identifica con las movilizaciones de los sectores ultraconservadores que, en 2009, defendieron el golpe y la ruptura del orden constitucional.
Testimonio de ello son las pancartas que Sitrasuragroh y Sitramelexsa pusieron en manos de su personal administrativo, cuadros intermedios y obreras que tienen temor a no ser recontratadas la próxima temporada de melones.
“Sacamos a la dictadura, pero el pueblo está comiendo basura”, “Reducir el impuesto sobre venta fue paja de la presidenta”, “El aumento a luz y gasolina al pueblo asesina”, rezaban las pancartas.
El Primero de Mayo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los mártires de Chicago, que ofrendaron sus vidas por alcanzar mejores condiciones laborales, un trato y salarios dignos.
Abusar de esta fecha para aparentar normalidad, ocultar las condiciones en que trabajan miles de obreros y obreras agrícolas, negándoles además el derecho de libre sindicalización y negociación colectiva, no es sólo una forma de negación de la memoria histórica de millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo, sino también una aberración que hay que condenar sin ningún titubeo.
Fuente: Rel UITA