Por Giorgio Trucchi | LINyM
En ocasión de la visita a Costa Rica de Francisco Cali Tzay, relator especial de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, varias organizaciones realizaron un foro donde señalaron la grave situación que viven los pueblos originarios en este país centroamericano.
En un comunicado, representantes de pueblos ancestrales denunciaron que el año pasado al menos 14 líderes fueron amenazados de muerte. También recordaron que aún persiste impunidad absoluta en los asesinatos de Sergio Rojas y Jerhy Rivera[1].
Los dos activistas indígenas fueron ultimados en marzo de 2019 y febrero de 2020, en medio del recrudecimiento de la violencia contra los pueblos Nasö-Brörán (Térraba) y Bribri (Salitre), empeñados en la recuperación de sus territorios ancestrales.
De acuerdo con las estadísticas de la organización ecologista Bloque Verde, durante las últimas tres décadas se han registrado al menos 25 atentados contra personas defensoras de la tierra y el ambiente, resultando 13 personas asesinadas.