Por Giorgio Trucchi | LINyM
La aceleración impuesta por las autoridades a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) ha sido fuertemente criticada por amplios sectores de la sociedad hondureña. Las protestas se han multiplicado en todo el país y cada día hay organizaciones de diferentes ramas que se suman al rechazo de las ‘ciudades modelo’ (charter cities).
Mientras estoy escribiendo la segunda parte de este reportaje, llega la noticia de movilizaciones y tomas de puentes y carreteras en La Ceiba. Los grupos aglutinados en el Movimiento Social Organizado (MOSO) exigen que se derogue la Ley Orgánica de las ZEDE, y que en todos los 298 municipios del país se realicen cabildos abiertos para declarar los territorios libres de ZEDE.
Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), asegura que no se trata de un proyecto aislado, sino que es parte de un proyecto político bien definido, de un modelo perverso de vaciamiento y venta de territorio nacional y de expulsión de comunidades.
[ Lea la
primera parte del reportaje El
espejismo de las ZEDE. Cuando el desarrollo es ilusión ]
“Finalmente logramos que se declararan inconstitucionales y tuvieron que dar un golpe de estado técnico en contra de la Sala de lo Constitucional para revertir el proceso. Eso fue gravísimo porque hundieron aún más la institucionalidad del país, que ya estaba quebrantada después del golpe de 2009. Luego les cambiaron el nombre a las RED y se inventaron las ZEDE”, recuerda la dirigente garífuna.
- ¿Qué pasó después?
- El proyecto quedó como dormido durante varios años, hasta que de repente, en marzo, explotó la protesta en Crawfish Rock contra la ZEDE ‘Roatán Próspera’, montada por un consorcio de inversionistas internacionales (Honduras Próspera) sin consultar a nadie.
Eso despertó una alarma y la gente comenzó a reaccionar. Hay como un despertar del pueblo, de las comunidades y también de algunas municipalidades. Se están organizando y movilizando de forma espontánea. Están pidiendo declarar sus territorios libres de ZEDE. Es muy interesante lo que está pasando.
- ¿De qué manera está participando Ofraneh?
- Somos parte de la campaña contra las ZEDE y nos estamos coordinando con movimientos y organizaciones de La Ceiba para impulsar acciones. Hay toda una efervescencia alrededor de esta lucha y también hay alcaldes dignos que la están asumiendo y respaldando.
- Decías que las ZEDE no son algo nuevo.
- Desde los tiempos de la Colonia nos han venido imponiendo una economía de enclaves, entregando territorios enteros a las compañías bananeras, a las mineras, a la agroindustria y, más recientemente, a las maquilas (zonas francas).
Las ZEDE son una profundización, una extremización de ese mismo modelo. Un modelo entreguista al capital trasnacional, que le garantiza enormes privilegios en nombre de un falso progreso y de la ilusión del desarrollo y la generación de empleo.
Tal vez no fuimos capaces de entenderlo de inmediato, pero se trata de un proyecto político bien estructurado y muy peligroso, que viene con todo para vaciar territorios, expulsando comunidades y pueblos.
- ¿Qué es lo que más le preocupa?
- Un elemento que nos preocupa sobremanera es la tercerización de la justicia, la renuncia de la soberanía. ¿Qué va a pasar con todos aquellos mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos? ¿Qué va a pasar con los tratados internacionales, con el Convenio 169 de la OIT, con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las comunidades garífunas de Triunfo de la Cruz y Punta Piedra?
También va a haber más desplazamiento. Ya hay comunidades garífunas que han quedado medio vacías y esto va a empeorar. La gente se va a ir no solamente por la miseria, la violencia, la presencia del crimen organizado, sino porque los que impulsan las ZEDE van a meter mucha plata (dinero) para “convencerla” a desplazarse. Necesitan de territorios vacíos y las pequeñas comunidades van a ser las principales afectadas.
Una vez más, Honduras se convierte en un laboratorio para experimentar nuevas estrategias y modelos nefastos. Lo hicieron con el golpe de Estado de 2009, lo repitieron con el golpe técnico de 2012 y lo volvieron a hacer con el golpe electoral de 2017. Y como les funcionó, vuelven ahora a montar otro laboratorio para ensayar un modelo que legaliza la destrucción de la institucionalidad y la soberanía, dejando ‘cancha abierta’ a los intereses de la oligarquía nacional y el gran capital transnacional.
Lo más valioso ahora, como te decía, es la reacción del pueblo. No está aceptando esta imposición, se está organizando y se está rebelando en varias partes del país. No quieren ZEDE en sus territorios. La pregunta del millón es: ¿respetarán la decisión del soberano?
- Ya han aprobado tres ZEDE. ¿Hay informaciones sobre otras en territorios garífunas?
- Además de Roatán y La Ceiba (Honduras Próspera LLC), Choloma (Ciudad Morazán) y San Marcos de Colón (Orquídea), sabemos que ya está identificada otra en la Bahía de Trujillo, donde están los inversionistas canadienses y donde, en los últimos diez años, ha habido un enorme pérdida de territorio ancestral garífunas y una profundización de la criminalización y judicialización de líderes comunitarios y defensoras de la tierra. Lamentablemente hay un secretismo absoluto de parte del gobierno alrededor de nuevas ZEDE.
- Faltan pocos meses para las elecciones generales. ¿Qué relación hay con el tema de las ZEDE?
- La aceleración impuesta a las ZEDE también tiene que ver con el tema electoral. El partido de gobierno y el mismo Juan Orlando Hernández, ambos deslegitimados y cuestionados nacional e internacionalmente, necesitan de una tabla de salvación y están jugando esta carta, prometiendo como siempre la falacia de más empleo y desarrollo.
En Honduras hay casi el 80% de economía informal y a las personas no les queda otra opción que el rebusque. Es a ellas que les van a ofrecer la ilusión de las ZEDE, para crear una expectativa y ganar credibilidad. Sin embargo están equivocados, porque desde hace rato que se les cayó la mentira.
Como pueblo tenemos un reto grande que es derogar la ley de las ZEDE. Lamentablemente, la política no ha sabido o querido conformar una plataforma de oposición unificada para parar este proyecto. Hasta el momento la política no ha hecho prevalecer el bien común y el futuro del país sobre los intereses personales.
En un país postrado como el nuestro, con una institucionalidad quebrantada, debemos apuntar a crear un nuevo modelo de convivencia, un nuevo modelo de país que sepa romper definitivamente con esta oligarquía y el capitalismo voraz.
Foto (Sua Martínez | MOSO)
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